El Capricho de Gaudí

Cualquiera que haya visitado Comillas, localidad costera situada en la zona occidental de la Comunidad Autónoma de Cantabria, se habrá acercado a admirar uno de sus edificios más emblemáticos: Villa Quijano, mundialmente conocido como El Capricho de Gaudí. Obra del genial arquitecto que en junio ha cumplido 130 años de historia.

El origen del capricho

Este proyecto fue un encargo que le realizó el rico indiano Máximo Díaz de Quijano -concuñado del Marqués de Comillas- a Antoni Gaudí. Díaz de Quijano quería tener una residencia de verano, algo así como un pequeño hotel palacete, lo más cercano posible al Palacio de Sobrellano -este último propiedad del Marqués-. Aprovechando que Gaudí había diseñado el mobiliario de la capilla del palacio, el indiano le encargó que realizara la proyección de su palacete. La decoración del edificio se debe a un deseo expreso de su dueño, pues Díaz de Quijnao tenía el capricho de poseer una residencia con estilo movable. De ahí su nombre: El Capricho de Gaudí.

Antoni Gaudí realizó el proyecto de la que fuera su primera obra, El Capricho, en 1883 y su dueño pasó a ocuparlo en junio de 1885, a falta incluso de ultimar algunos pequeños detalles ornamentales de la vivienda, entre ellos el techo de la sala de música o dos columnas de la entrada que, finalmente, se quedaron sin decorar. Como dato anecdótico señalar que su dueño únicamente pudo disfrutar de su nueva residencia de verano unos pocos días, ya que falleció nada más finalizar las obras.

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