El cottage inglés: Funcionalidad y tradición que van de la mano

No hay imagen de la campiña inglesa que no se complemente con una casa tipo cottage cuyo encanto se pierde en el tiempo.

Las bellas viviendas que adornan lo mismo sueños que auténticas propiedades que conservan casi siempre la agreste peculiaridad de siglos pasados, fueron y siguen siendo motivo de revisita a la vieja escuela arquitectónica inglesa en una búsqueda desesperada por la calidez que no pude brindar el concreto y el acero.

La tradición que guarda el cottage inglés

El origen del antiguo cottage inglés, en efecto, parece perderse en el tiempo dado que hace referencia a las antiguas comunidades agrícolas que dieron vida a la provincia británica.

Estas comunidades se componían de amplias cabañas rusticas bordeadas de salvajes áreas verdes que servían lo mismo de patio recreativo, que de hortaliza o de jardín medicinal.

Pero es justo en el éxtasis de la era victoriana (1870- 1900) cuando el apogeo de las costumbres británicas y por ende de su modo de vida propio, abría la puerta para que los arquitectos retomaran las bases de los antiguos usos vernáculos.

El renacimiento de un clásico británico

Así es como se volvió a popularizar la construcción de casas a base de madera y ladrillo al natural, con techos complicados cubiertos de capas densas de argamasa (que prevenían la filtración de la humedad de la lluvia y la nieve), pequeños porches rústicos frontales y amplias ventanas estilo bahía.

Con intención y no, arquitectos de la época como Richard Norman Shaw (1832-1912) y George Devey (1835-1886) iniciaron un estilo muy rico y revisado que hasta la fecha conocemos como Old English; el mismo que sigue teniendo como icono al bello cottage inglés.

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