La arquitectura bioclimática y su encaje en las viviendas ‘Passivhaus’
Más duradera, más eficiente y más sostenible. Este es el triple plus de ventajas diferenciales que aporta nuestra pérgola, símbolo de arquitectura bioclimática. Se trata de la inversión inteligente para el espacio exterior de las viviendas, especialmente en un sector comprometido con la sostenibilidad y en un clima cálido como el mediterráneo.
En un país que recibe luz solar durante 300 días y 2.500 horas al año, emerge como prioridad de la construcción un concepto tan innovador como necesario. La arquitectura bioclimática consiste en crear una edificación sostenible por medio del aprovechamiento de las condiciones climáticas. En este contexto, el catálogo de Durmi ofrece soluciones de máxima efectividad.
Por un lado, las lamas bioclimáticas funcionan como un interruptor natural para gestionar la entrada de luz natural y lograr un óptimo confort térmico. Son, además, un excelente producto para proteger las fachadas y evitar su deterioro. Por otro lado, la pérgola bioclimática es la extensión perfecta de cualquier vivienda ‘Passivhaus’, el brazo de cualquier edificio hacia el exterior. Estas son las razones de ello:
Un entorno resistente, cómodo y con ventilación natural – Arquitectura bioclimática
La principal característica que queremos destacar hoy es la durabilidad y fiabilidad a largo plazo de la pérgola bioclimática. El aluminio extrusionado empleado en la estructura garantiza una total resistencia a cualquier climatología, con sensores de lluvia, nieve y viento que dotan al sistema de lamas con una protección inteligente.
Esta serie de atributos se acentúan si la comparamos con una pérgola de tela. Nuestra pérgola bioclimática no sufre ningún tipo de desgaste a raíz de la exposición a la luz solar, de manera que no debe reemplazarse con el paso del tiempo como sí ocurre con la tela, que requiere un mantenimiento periódico.
Contar con una pérgola de aluminio en tu espacio exterior, asimismo, ofrece un entorno correctamente ventilado y con un agradable confort térmico. Es una estructura imprescindible para disfrutar de la vivienda a la misma vez que uno se protege de las olas de calor del verano.
Eficiencia energética y ahorro económico de la arquitectura bioclimática
A nivel práctico, el gran factor diferencial de la pérgola bioclimática es la reducción de consumo energético que lleva asociada. La opción de gestionar de forma inteligente el movimiento de las lamas de la pérgola es la clave para crear una temperatura agradable. Con diferentes posiciones se logran distintos ambientes con mayor o menor ventilación natural y entrada de luz solar.
De esta forma, la pérgola bioclimática es una estructura exterior conectada totalmente con las necesidades de las viviendas ‘Passivhaus’. Sin lugar a dudas, se trata de un producto de máxima eficiencia energética y, al prescindir de sistemas de climatización artificiales, de un considerable ahorro económico.
Impacto ambiental ínfimo de la arquitectura bioclimática
En definitiva, esta arquitectura bioclimática es una bendición para cualquier vivienda que pretenda ser sostenible energéticamente. Ofrece varias ventajas que encajan a la perfección en las necesidades de las ‘Passivhaus’, gracias a su alto rendimiento de eficiencia energética, durabilidad y vida útil.
Desde Industrias Durmi trabajamos para proporcionar una estructura bioclimática óptima que dure muchos años en la terraza o jardín de nuestros clientes y contribuir así a una construcción responsable con el medio ambiente. De hecho, parte del aluminio extrusionado que empleamos en la pérgola bioclimática es aluminio reciclado, tal y como hemos desarrollado en nuestro último artículo.
Este es otro de los compromisos que ha adquirido Industrias Durmi: crear materiales sostenibles y que dejen una huella medioambiental ínfima.